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[FE-AR] Lisyanthus Elderiel

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Description

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- - - - ❰❰    PERFIL DE PERSONAJE    ❱❱ - - - -

[ Nombre ] Lisyanthus Elderiel
[ Edad ] 27 años
[ Cumpleaños ] 12 de Octubre - Heaven
[ Peso / Talla ] 57 kg. / 1.67 cm
[ Ciudad de Origen ] Sulylia - Isla Ondina
[ Clase Inicial ]  Clérigo // Inventario
➤ Arma Personal: Crysalis – Báculo heredado de su Maestro
➤ Habilidad Personal:
FE Skill Lily's Poise Lily’s Poise - Aliados cercanos realizarán +1 daño extra y reciben -3 daño.
 Stats Personales:
 HP 25% | Str 0 | Mag 55% | Skl 40% | Spd 45% | Lck 30% | Def  20% | Res 40%
 Str 0 | Mag 5 | Skl 1 | Spd 5 | Lck 2 | Def  2 | Res 5 | Mov 5 

[ Clase de Preferencia ] Clérigo --> Sabio ---> Bride ---> Witch (Actual) 
[ Clase Secundaria ] Trovador
[ Ex-Armada ] Ordre du Lis 

- - - - ❰❰    BIOGRAFÍA    ❱❱ - - - -

➤ [ PERSONALIDAD ]
    Amable – Cálida – Solitaria – Melancólica – Generosa – Conservadora  

Acostumbrada a la poca y corta interacción con otros más allá de atender a sus “pacientes” siempre en un sentido “profesional”, ha encontrado un refugio en su propia soledad y sus pensamientos.  Posee un aire de melancolía casi inherente en ella, por lo que aunque siempre sonríe cálida y amable pareciera estar triste por algo, aun así posee un corazón generoso dispuesto a ayudar a quien sea. Nunca niega su ayuda y es que no se siente merecedora de juzgar a otros, más bien se considera un puente entre el poder de sanación y las personas, limitándose a ayudar a quien lo necesite sin hacer juicios, por otro lado, le cuesta mucho decir que no, siempre y cuando esto no transgreda sus convicciones.

Lisyanthus es moralmente conservadora y de accionar recatado, fue educada como una jovencita de bien y de forma muy aislada, por lo que puede descolocarse y avergonzarse mucho con muestras de cariño sobre todo provenientes del sexo opuesto, pero como todo tiene un límite, puede llegar a “molestarse” (más bien llamarle la atención a otro, ya que es virtualmente imposible hacerla enojar) si sienten que no está siendo respetada, lo mismo para las muestras de cariño entre otras personas en público. Puede parecer alguien tímida, pero no se equivoquen, tiene más que ver con su naturaleza tranquila, pues de hecho disfruta tener pequeñas charlas.

New *Con el tiempo vivido en la armada y mas aun ahora de vuelta en Sulylia, Lisyanthus a aprendido a abrirse mas a las personas, sobre todo a aquellos a quienes ahora abiertamente puede llamar sus amigos e incluso parte de su familia, aun conserva su lado solitario y melancólico, y probablemente lo haga toda su vida, pero ahora posee genuina compañía que le alegra la vida y hace que los malos momentos que han pasado sean mas llevaderos, por que en el fondo sabe que no esta sola y que contara con ellos. Ademas de ser mas abierta, se siento algo mas libre de no solo llevar a cabo su papel como healer si no también poder ser ella misma, aunque aun le queda mucho camino que recorrer.

✚ Gustos & Disgustos ✕
  • ✚ Ama las manzanas.
  • ✚ Cocinar, la relaja.
  • ✚ Preparar y beber té. Adora crear nuevas combinaciones de hierbas para este fin.
  • ✚ Leer, pero sobre todo crear sus propios florilegios.
  • ✚ Las plantas, tenerlas y cuidarlas (100% hierbas).
  • New * ✚ Los manguitos, los ama y adora que vengan a visitarla.
  • New * ✚ Recibir cartas, dadas las circunstancias siempre añora saber de sus camaradas.
  • New * ✚ Viajar en Barco, es algo que últimamente espera con alegría.
  • ✕ Personas mal educadas y egoístas

➤ [ HISTORIA ]

    No tengo muchos recuerdos de antes de llegar a la torre, muchas veces incluso no sé si fueron reales o no, vivencias mezcladas con fantasías de niña hacían más difícil diferenciar y con el tiempo solo se convirtieron en sombras en mi mente. Tampoco ayudaba las veces que preguntara, siempre recibía respuestas esquivas de mi maestro, una expresión triste, un suspiro y luego el seguia con su faena. Con el tiempo entendí que el prefería callar antes que mentirme y que era mejor no saber de dónde venía. Lo único que sé, es que mi maestro me encontró en alguna parte en el sur de Sulylia, creo que el primer recuerdo que puedo dar fe como propio, era ir caminando con el de la mano, era pequeña y delgada como un pajarito, recuerdo que nunca mire atrás, solo seguí caminando aferrada a su mano.
    
    El nombre de mi maestro era Senith, siempre pensé que era un nombre algo jovial para alguien tan solemne, pero nadie le llamaba así, de hecho demore unos años en enterarme de su verdadero nombre, todos lo llamaban “Maestro”, villanos, nobles, otros curanderos, inclusive yo, simplemente “Maestro”. Vivíamos recluidos en una torre en la Isla Ondina, donde las personas viajaban hasta allá a verlo, por consejo o ayuda. Una vez, hace muchos años, antes de que yo siquiera existiera el fue un gran Sabio de la Iglesia que recorrió cada rincón del mundo, amaba escuchar sus historias, podía pasar horas oyendo sus relatos sobre tierras lejanas y héroes, pero ya por aquel entonces, vivía sus días de vejez alejado de todo y yo era su única compañía…..

    Pero me estoy adelantando demasiado, así que partiré, quizá no desde el principio, pero si de mis primeros recuerdos. Llegue a la torre cuando tenía unos 3-4 años era muy callada y tímida con extraños, pero muy curiosa con todo lo que tenía que ver con mi maestro, lo que decía, lo que hacía, lo que cocinaba, lo que sembraba, siempre iba detrás de él, como un patito con su mamá pato, imitando todo lo que hacía. Así fueron mis primeros años en la torre, de día era un lugar mágico, lleno de aventuras y rincones donde descubrir cosas, mi cuarto favorito era en donde mi maestro trabajaba, todo era desconocido y extraordinario y mi querido Maestro tenía una paciencia de oro en responderme cada pregunta que tuviera para el… pero de noche… de noche, mi maestro se iba a su habitación y ese cumulo de piedras se convertía en el lugar más aterrador del mundo, era incapaz de siquiera sacar un pie de mi cama del miedo, veía monstruos de extrañas formas y escuchaba ruidos aterradores a lo que temblaba de terror hasta quedarme dormida. Tarde mucho tiempo en contárselo a mi Maestro, entonces aquella noche me mostró la torre de noche, que mis monstruos eran sombras formadas por las ramas de los árboles y los extraños ruidos eran animales nocturnos, como el búho que anidaba cerca de mi ventana o simplemente el silbido del viento entre las rendijas de la puerta.

    Crecer al lado de mi maestro fue algo natural, entendía que los otros niños solían tener padre y madre, pero aunque suene extraño, jamás los sentí necesarios, mi maestro era todo lo que amaba y necesitaba, no codiciaba nada más, el me protegía enseñándome, haciéndome entender mis miedos y mis dudas, siempre los dos solos, me enseñó a leer y escribir, a sembrar y ver cuáles eran los mejores lugares y fechas para hacerlo, también me enseño a cocinar y pescar, cosa que se me daba muy bien, podíamos pasar horas en completo silencio sin ningún problema, sin decirnos nada podíamos saberlo todo, el me enseño a pensar. El me llamaba “rayito de sol”.
    
    Para cuando tenía 11 años ya éramos un equipo, nos dividíamos las tareas del día y ya me había convertido en una ayudante bastante diligente (para tener 11 años) cuando llegaba algún paciente, por supuesto que para ese entonces mis intervenciones eran bastante limitadas y más que nada pasaba tiempo observando, aunque secretamente siempre había deseado que él me enseñara, a veces me parecía soberbio pedirlo y otras simplemente me daba vergüenza, no pensaba poder hacer todo aquello que el hacía me parecía algo imposible de alcanzar para mí, aun así mas de una vez tome a Crisalis, el báculo de mi Maestro mientras él no miraba y fingía hacer magia y que yo era una Cleriga. 

    La Torre de mi Maestro se encontraba en una explanada de pasto largo, rodeado de bosque, verde en verano, dorado en otoño y entre los pocos arboles cercanos había un inmenso manzano que nos regalaba manzanas cada otoño y con eso una gran provisión para el resto del año, ¿sabían cuántas cosas se pueden hacer usando manzanas? Kuchen de manzana, pastel de manzanas, zumo de manzana, manzanas confitadas, sidra de manzana que por cierto era la favorita de mi Maestro y así, a mis 13 años ya sabía hacer más de 20 platillos utilizando manzanas. No teníamos mucho pero estábamos bien así, nuestra función era servir, es lo que concluí observando a mi maestro el agua no es agua para beberse a sí misma, ni el árbol da frutos para alimentarse a sí mismo, todo es para servir a otros, para dar de beber y alimentar a otros por lo que nosotros debemos hacer lo mismo, vivir para servir a otros para ayudarnos a nosotros mismos, cuando le comente aquello a mi maestro él solo me quedo mirando en silencio y se retiró a sus aposentos. Aquella noche cenamos sin intercambiar palabras, estaba algo inquieta al no saber que había hecho pero prefería esperar, al día siguiente me despertó temprano y me hizo una pregunta, una que definiría mi vida de allí en adelante, aquel día empezó a entrenarme para ser un clérigo.

    Hasta aquel momento, como ya había mencionado antes, me limitaba a observar y hacer cosas muy simples, nunca iba más allá de traerle cosas a mi maestro que el necesitara, pero ahora era diferente, además de mis labores normales, estudiaba en la mañana, practicaba magia curativa en la tarde y cuando llegaba algún paciente mi labor era mucho más activa que antes, cuando procedía mi maestro siempre me preguntaba porque lo estaba haciendo, yo debía responder y así pasábamos todo el tiempo, intentaba dedicarme lo más posible, adelantarme a sus lecciones para sorprenderlo, verlo feliz y ayudar a otros me hacía feliz.
    
    Pero tarde o temprano debía toparme con la otra cara de sanar a otros, cuando no puedes hacer nada, ya había visto a otros pacientes de mi Maestro morir, siempre era muy triste, pero ahora yo era en parte responsable de esa vida. Para cuando tenía ya 17 años mi Maestro me dejaba atender sola a uno que otro paciente, claro que siempre bajo su guía y atenta mirada, nunca lo había hecho sola, siempre sentía su apoyo y si no sabía algo siempre tenía la opción de preguntarle. Una tarde llego una persona apresurada buscando a mi maestro, golpeo la puerta de la torre fuertemente, más le explique que el había ido al puerto por un encargo y no volvería hasta el día siguiente, necesitaban a un sanador urgentemente, su hijo había tenido un accidente y estaba muy grave, asentí y tomando mi abrigo le seguí, no tardaría mucho hasta que lloviera, así lo decía el viento por lo que teníamos que apresurarnos, mi corazón latía a mil pero intentaba mostrarme segura repasando por mi mente todas las enseñanzas que mi Maestro me había dado hasta el momento.

    Cuando mi Maestro regreso yo estaba sentada en la escalinata, aun ni siquiera me había cambiado de ropa, por lo que estaba aún algo húmeda por la lluvia de la noche anterior, seguramente el ya se había enterado de todo lo sucedido, estaba devastada, me sentía culpable y el haberle decepcionado. Cuando entro no pude mirarlo a los ojos, mi mirada estaba clavada en el escalón de piedra pero podía oír como el se aproximaba “¿Qué haces allí?, vas a resfriarte” me dijo tranquilamente, quizá el aún no lo sabía, se me apretó el pecho darme cuenta que debería ser yo la que se lo diría pero yo había repasado la escena una y otra vez en mi mente pensando en todo lo que diría en aquel caso, pero apenas abrí la boca para decir algo comencé a llorar, no pude ver que cara puso mi Maestro pero se sentó a mi lado en la escalera “lo se, lo se” dijo abrazándome “supe lo que ocurrió viniendo hacia aquí” “no fue tu culpa” me dijo varias veces mientras yo solo lloraba en sus brazos, ahora se que no había nada que yo hubiera podido hacer aquella noche por el muchacho, cuando llegue… estaba demasiado herido apenas le quedaban unos minutos de vida. No podía salvarlo. Aquello fue lo mismo que mi maestro me dijo, pero en mi mente joven era mi culpa, debí hacer más, fue mi poca habilidad, estaba convencida de que lo era, mas poco a poco y con sus palabras fui cediendo, pero la culpa y la tristeza permanece incluso hasta hoy, aunque sepa que no fue mi culpa, aunque sepa que no había nada que hacer, son las pequeñas heridas con las que debes vivir por que fue el primero de mis pacientes que vi morir, sin importar lo que yo hiciera “No puedes salvarlos a todos… pero puedes dar lo mejor de ti” me dijo mi maestro “Así que llora, pero solo esta vez, llora todo lo que tengas que llorar para ahora y para el futuro, porque nunca más lloraras por esto” así que hice lo que me dijo, llore y llore hasta no poder más, hasta quedarme dormida y fue la última vez que lo hice.

    Pasaron los meses y la herida se fue haciendo más pequeña, aunque seguía allí y nunca se iría, pero comenzaron a aparecer otras preocupaciones y el día a día poco a poco lo fue cubriendo y como un enemigo silencioso empezó a ocurrir algo que por mucho tiempo continúe negando, las cosas comenzaron a perderse, bueno a mí no, a mi maestro, a veces no encontraba sus cosas o me hacia la misma pregunta más de una vez en el día, al principio no note la gravedad de eso, pero si fue la primera vez que pensé que su cabello ahora era mucho más blanco que antes y estaba más delgado, pero pronto esos pensamientos se esfumaron así como mis preocupaciones.

    Por mi primera y muy mala experiencia atendiendo sola a un paciente comenzaba a inconscientemente depender un poco más de mi Maestro buscando siempre su aprobación con la mirada cada que iba a hacer algo. Por supuesto el lo noto inmediatamente y aunque yo no lo sabía, él ya tenía como resolverlo, aunque a mí no me gustara. Una mañana mientras desayunábamos me comento que tendría que irse por un mes, un viejo amigo había enfermado y debía ir a verlo, en esas ocasiones yo siempre le acompañaba pero apenas abrí la boca para decir algo el me interrumpió ”quiero que te quedes aquí ocupando mi lugar, no suelo dejar la torre sola por tanto tiempo, alguien podría necesitarnos”, no era como si no fuera cierto pero comencé a sentirme ansiosa, ya sabía para donde iba esto “ya paso un año” agrego “es hora”. El hecho que me diera un año había sido demasiado amable, quizá sus mismos sentimientos habían dejado pasar tanto tiempo, asentí y seguimos comiendo. Lo que yo no sabía es que él había dejado dicho a todos los vecinos cercanos y lugareños que cada que se sintieran mal aunque solo fuera un dolor de estómago fueran a verme, el estaba empeñado en que yo recuperara mi confianza, así que ese mes que el estuvo fuera recibí el triple de visitas a las que estaba acostumbrada. Al principio fue difícil, mi corazón latía fuerte cada vez que alguien tocaba la puerta, pero en la soledad pude pensar y meditar mucho, por qué comencé a estudiar por qué quería ser sanadora, había sido un paso tan natural dado por donde y con quien vivía que nunca me lo había preguntado seriamente, ese mes aprendí mas sobre mi misma que el resto de mi vida, recibir gente se volvió natural y de a poco me comencé a sentir más relajada, cada vez miraba menos los libros y la confianza comenzó a regresar. Meses después me entere de su plan y que ese mes en vez de ir a atender a su viejo amigo, se había ido a pescar con el ¡A pescar! ¡Durante un mes! Fui totalmente engañada.

    Así paso el tiempo y cumplí los 20 años, cada vez me hacía más cargo de las labores de mi maestro, sus rodillas habían empezado a fallar y vivir en una torre llena de escaleras tampoco ayudaba por lo que pasaba cada vez más en su habitación, pero su mente también estaba fallando y ya no podía mirar hacia un lado negando lo que ocurría, por lo que al menos para ir a buscar encargos o comprar algún vivere que nos faltara era yo la que ahora iba al pueblo, fue en uno de esos viajes cuando a la pasada vi a unos soldados, era raro verlos por allí pero como tenía cosas que hacer seguí mi camino, cuando volví a la torre estaban esos mismos soldados hablando con mi maestro en la entrada, me apresure y mirándole preocupada pregunte que sucedía, pero antes de que el me contestara fue el soldado quien hablo, le estaban informado que el rey estaba en búsqueda de nuevos héroes, había escuchado rumores así antes pero no pensé que fueran ciertos, al escuchar aquello algo en mi pecho se encendió, los soldados estaban recorriendo la isla expandiendo la noticia y habían escuchado que aquí vivía un Sabio, mi maestro explico que el ya estaba demasiado viejo para esas cosas y el solo hecho de ir hacia Engelia era un esfuerzo enorme para su salud, por lo que los soldados me miraron a mí, mi corazón latía emocionado, ¿salir de la isla? Jamás lo había hecho desde que llegue aqui hace tantos años atrás y más que eso, todo lo que podría lograr y lo que podría ayudar estando allá, era un nivel y un desafío completamente diferente pero como un rayo un pensamiento atravesó mi mente y di un paso atrás “aun no estoy lista” lo estaba “aun soy una aprendiz” ya hace tiempo que no lo era y tanto yo como mi maestro lo sabíamos, por supuesto aún tenía mucho que aprender, pero toda mi vida se trataría de eso, aprender, pero ya no era la niña que había sido ya sabía quién era, y hacia donde quería ir. Pero no aun, solo un poco más, debía quedarme un poco más. Los soldados se quedaron aquella tarde, conversamos y comieron de mi pastel de manzanas, cordiales se despidieron y siguieron su camino.

    Los meses siguientes pasaron como si una neblina cubriera todo, mi Maestro solo empeoraba y no había mucho que yo pudiera hacer más que dejarle llevar una vida tranquila y ayudarle en lo que necesitara, el luchaba con un enemigo que nadie podía vencer, el tiempo. En el primer recuerdo que tengo con mi maestro su cabello era gris y aunque ya era anciano ahora su cabello se había vuelto totalmente blanco y los surcos en su cara y sus manos eran más pronunciados, poco a poco comenzó a quedarse más en cama hasta no levantarse más, su mente iba y venía, a veces estaba totalmente lucido e incluso sabía lo que le estaba pasando, otras veces era el joven que nunca conocí y que había recurrido el mundo, aquellos días era difícil aceptar el hecho de que él no sabía quién era yo, pero se amortiguaba un poco el dolor con las historias que me contaba, yo ya no era su “rayito de sol” era “jovencita” o “muchacha”, habían días felices y días tristes, a veces sus amigos venían a verlo y asaban tardes enteras conversando. Él estaba bien, no tenía miedo a lo que vendría y de cierta manera eso me hacía temer a mí aún más, pero de repente todo volvió a ser como antes, andaba más lúcido y aunque no se levantaba por sus huesos viejos volver a conversar con el como antes había sido un regalo. Una tarde llego un enorme paquete para el, lo recibí y subí a verlo para saber que era, sin abrirlo me dijo “es para ti, es un regalo… ábrelo” parecía cansado pero ahora siempre estaba cansado, emocionada abrí el paquete y ver lo que había dentro me quede sin habla, era un hermoso traje, nunca había visto algo así, los bordados, la tela, me sentí avergonzada, de recibir semejante presente, era mucho mas de lo que merecía, “póntelo” me dijo “haz feliz a este viejo, quiero ver a mi rayo de sol con el”, lo mire atónita y asentí, pero antes de que pudiera salir por la puerta agrego “y no olvides mi báculo”, su báculo, Crisalis, yacía al lado de su cama, lo tomo y me lo extendió “vamos tómalo, quiero verte con el”, sin pensarlo demasiado y casi temblando lo recibí para luego apretarlo contra mi pecho “no digas adiós” le dije asustada, el me miro tranquilo y sonrió “no digo adiós, jamás diré adiós por que no necesitamos despedirnos, siempre estaré aquí, pero tú no, no puedes quedarte aquí, vi tus ojos aquel día que los soldados vinieron, prométemelo Lisyanthus, no te quedaras aquí, prométemelo”, “Lo prometo” conteste y él sonrió. Fui a mi habitación a cambiarme, jamás había usado algo así y la verdad me daba un poco de vergüenza, era demasiado hermoso, tome a Crisalis y volví a la habitación de mi Maestro, mire la puerta unos segundos y tome aire, el no debía verme así, debía ser digna, abrí la puerta y lo supe, la luz se había ido y con ella todo lo que llenaba la habitación, pero el sonreía tranquilo, como dormido… así que, estaba bien ¿cierto? Aunque no me hubiera visto.

    Mucha gente vino el día que el partió, algunos se quedaron días acompañándome pero poco a poco fueron retirándose y eventualmente me quede sola, sola en esa torre que ahora parecía mas grande que nunca, paso un día y luego otro y otro y otro, lo se, lo se, lo prometí, prometí que me marcharía, en aquel momento también era lo que yo deseaba pero ahora… estaba perdida, con el corazón roto y completamente sola en el mundo, el fue mi maestro, mi amigo, mi guía, mi familia….. ahora no tenía nada, estaba devastada. El murió a principios de otoño y aquel año nuestro manzano no dio frutos, creo que él también estaba triste.

    El invierno llego monótonamente y aun no había cumplido mi promesa, había guardado mi traje y el báculo, me dolía verlos, por lo que tontamente los mantenía lejos de mí convenciéndome a mi misma que un dia cumpliría mi promesa. Una noche de tormenta el viento casi derribaba la puerta y ventanas, en vano intente clavarlas a tiempo pero una que no alcance a cubrir se abrió de par en par dejando entrar el violento viento y lluvia, papeles volaban por todas partes, todo volaba, como podía intentaba cerrarla mas no pude lograrlo y ahí fue cuando paso, mientras intentaba cerrar aquella ventana un enorme rayo llego a caer justo sobre el manzano, por milésimas todo fue blanco y me quede helada, a la mañana siguiente recogí los destrozos que había dejado la tormenta y camine hacia el manzano, estaba totalmente destruido partido por la mitad, “Se termino” pensé “Mi ciclo aquí se termino”, mi maestro se había ido, yo también debía hacerlo, lo se, fui tonta, no estaba sola y jamás lo estaría, le pedí permiso y llore por el, estaba bien si lloraba por el, no rompería otra promesa, el era mi única familia así que estaba bien llorar.   


    Y esa es mi historia, mañana partiré de aquí para no volver quien sabe en cuantos años, quizá algún día cuando mi cabello sea blanco me convierta en la Maestra de la torre, claro, cuando sea digna de ello, más sabia y más madura. No sé qué sucederá a partir de ahora aun me queda un largo camino, pero haré que estés orgulloso de mi papá, hasta pronto.


➤ [ T I M E - S K I P ]

New * Querido Maestro I
New * Carta a Rowan
New * Origen


- - - - ❰❰    EXTRAS    ❱❱ - - - -
➤ [ RELACIONES / APOYOS ]
  • Senith – Maestro y única familia. Fallecido.
  • New *Arjan - Fue probablemente su primer amigo en la armada, lo respeta mucho no solo como amigo si no que también como mago, ya que gracias a el pudo incursionar de manera mas sencilla a su transición como Sage. Aunque a perdido contacto con el siempre le recuerda con cariño.
  • New *Arthur - Es como el hijo que nunca quiso pero que de alguna manera termino cuidando y encariñándose con el. Sin lugar a dudas fue la primera persona en el mundo que le hizo perder la paciencia. Aunque también a perdido contacto con el, espera que este bien.
  • New *Lyanne - No solo se convirtió en su mejor amiga a pesar de ser tan diferentes, si no que también en su confidente. Hoy en día viven juntas y han pasado por muchas cosas, pero Lyanne le a enseñado a abrirse mas y a divertirse.
  • New *Asher - Casi por casualidad, Asher se a convertido en un querido amigo a quien le tendería la mano sin dudarlo, y por ello mismo de alguna forma se convirtió en su casamentera y cartera personal.
  • New *Raizo - Es el otro hijo que nunca quiso pero que de alguna manera termino cuidando y se encariño con el. Le ve mucho potencial y oportunidades para crecer... si no fuera tan...Raizo, pero no es nada que algunas tareas domesticas no puedan enderezar!
  • New *Daryl - Un fiel amigo y compañero, así como bebé de Luz. A veces sin quererlo, lo ve como a un hermanito menor.
  • New *Rowan - De alguna forma se convirtió en un apoyo en sus días en la armada, pudiendo compartir con el cosas que con el resto no podía, dado su papel como healer. Así trabaron una cordial amistad, que a pesar de la distancia se siguió manteniendo en base a cartas.          
       
➤ [ CURIOSIDADES ]
  • New * Hoy en día vive junto a Lyanne en una pequeña casa en la costa, oh y por supuesto, junto a Galeón también, a quien le a agarrado mucho cariño
  • New * A pesar del miedo de ser descubierto por su calidad de maga, Lisyanthus sigue ayudando a las personas discretamente, pero ahora usando medicina mas tradicional y dejando su magia un poco de lado.
  • New * Dado que viaja junto a Lyanne y el Duque de Sulylia Nathaniel, a podido ponerse en contacto con algunos de sus antiguos camaradas. Esto también le a traído algo de tranquilidad además de encontrar un nuevo propósito, ayudar a Duque en su batalla para sacar a flote a Sulylia.
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Comments14
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MarcelaMorgon's avatar
Lisy es demasiado bella, ya quiero verla en acción y curando todas mis heridas cute bear heart by moon-bambi (?)